De la movilidad a Chipre, del 17 al 21 de febrero de 2025
Nicosia no sea quizá una ciudad monumental, en el sentido en el que puden serlo Roma o París, pero tiene muchos atractivos. La catedral y el palacio arzobispal, la iglesia bizantina de San Casiano, viejas iglesias reconvertidas en mezquitas durante la dominación otomana, o sus murallas venecianas, que, con 11 baluartes, rodean la ciudad vieja haciendo un círculo casi perfecto. Hay otros muchos puntos de indudable interés histórico, muchos de ellos en la parte turca, como la antigua catedral gótica de Santa Sofía, convertida en la mezquita Selimiye desde la dominación otomana. Sin embargo, inevitablemente, la línea que separa la zona turca de la greco-chipriota atrae poderosamente nuestra atención. Se trata de la línea verde. Al aproximarse a la vieja Nicosia, la línea hace un requiebro hacia el sur para dividirla casi exactamente por la mitad. Tan es así que, de los 11 baluartes de la muralla, 5 quedaron en un lado, y otros 5 en el otro. El que falta está en tierra de nadie.
Fue un lujo disfrutar de la guía de Antigoni, una de las profesoras del instituto que visitamos, que nos llevó por aquellos rincones que no aparecen en las guías turísticas.

Desde su independencia en 1960, y debido en parte al statu quo que dejó la descolonización británica, surgieron conflictos entre las dos comunidades de la isla, la griega y la chiprota, con dos posturas enfrentadas: la eonosis, o unión con Grecia, y el taksim, o división de la isla. En 1974 Grecia, cuya dictadura militar se encontraba en serias dificultades, promueve un golpe de estado en Chipre contra el entonces presidente del país, el arzobispo Macario. Era un intento de forzar la eonosis, para así fortalecer su posición. Sólo 5 días después, el ejército turco entró en la isla. Tras un mes de conflicto, la ONU consiguió que se firmase un alto el fuego. La isla quedó dividida en dos. La parte norte, con cerca de un 40% del territorio, es ahora la República Turca del Norte de Chipre, un país sólo reconocido por la propia Turquía. Es el Chipre ocupado, que, paradójicamente, es también oficialmente territorio de la Unión Europea. Desde entonces las fuerzas de la ONU patrullan por una tierra de nadie, la línea verde (aunque en realidad es una franja de anchura variable), que separa ambas zonas. La invasión turca provocó el éxodo de muchos greco-chipriotas hacia el sur, y de muchos turco-chipriotas hacia el norte. Mucha gente perdió todas sus posesiones, y el contacto con amigos, e incluso familiares.
A pesar de estar el conflicto aún por cerrar, en 2008 se permitió el tránsito entre ambas partes. En Nicosia se abrieron dos pasos para atravesar la línea verde. Uno en la calle Ledra, dentro de la muralla veneciana, sólo para peatones, y el otro en el Hotel Ledra Palace, para peatones y vehículos.



Las personas que vivieron aquella invasión conservan aún vívidos recuerdos, a pesar de que eran todavía niñas. A algunas incluso se les saltan las lágrimas al relatarlo. El estruendo que oyeron aquella mañana del 20 de julio, y la confusión que siguió. Cómo, a pesar de que la radio decía que se trataba de las tropas griegas, fue pronto evidente que eran turcas. Cómo vieron a los paracaidistas tocar tierra, cómo los pilotos turcos les sacaban el dedo desde las cabinas de sus aviones. Cómo perdieron amigos, que se fueron al otro lado. Y, sin duda lo más aterrador, aquéllo que más les sobrecogía: el miedo reflejado en la cara de sus padres. Son historias que no salen en la Historia oficial, que no encontramos en Wikipedia. Y la herida no ha terminado de cicatrizar; quizá no lo haga nunca. Pues hay quien no es capaz de cruzar el punto de control para ir al norte, porque cuando se ve allí afloran todas las emociones guardadas en los recuerdos. Y hay quien se niega, pues no entiende que tenga que enseñar la documentación para viajar por su propio país. También hay quien no tiene problema en hacerlo, pero éstos quizá no habían nacido aún en 1974.




Las banderas griega y chipriota, así como la turca y la de Chipre del Norte, jalonan los límites de la línea verde:








